Gervasio García de la Lastra , hijo de
una familia burguesa y conservadora por un
lado y ,por otro, de una familia liberal y republicana ,crece convencido de estar llamado a realizar
grandes hazañas bélicas y convertirse en un héroe cuando al escuchar música militar
es destinatario de un extraño fenómeno –se le erizan los cabellos
de todo el cuerpo-.
“Y, conforme el tono de la pieza se
enardecía, los rubios pelitos acostados de los antebrazos de Gervasio empezaron
a enderezarse, al tiempo que su piel, asedada y suave, se erizaba como la superficie
de un líquido que entrara en ebullición. Los pasmados ojos de los asistentes,
pendientes de los brazos del niño, no repararon en los pelos del colodrillo,
que igualmente se iban levantando, ni en el flequillo, encrespado como si
Gervasio caminara contra el viento, ni en el espeluznamiento progresivo de las
templas y de la morra que, al ahuecar su cabeza, convertían al pequeño en un
monstruito de barraca de feria”.
Mientras una parte de su familia -incluido
su padre-solo ve en ello un fenómeno natural, su abuelo, Papá León, veterano de la última guerra
carlista y el tío Felipe Neri, militar retirado que describe
en un diario los arrebatos místicos de su sobrino, son sus mayores partidarios
y avivan en el niño el deseo de convertirse en un futuro héroe regalándole uniformes militares y haciéndole escuchar música
marcial.
“Aquel niño venía a encarnar cuanto de
valioso y audaz atesoraba su pasado -su oposición a don Amadeo y a la
República, su probada fidelidad a la legitimidad de don Carlos- y papá León se
miraba en él, velaba sus sueños, vigilaba sus comidas, curioseaba sus atributos
y, tan pronto empezó a valerse por sí mismo, solía conducirle a su gabinete, le
sentaba en la descalzadora, y le hacía escuchar durante horas marchas militares
en el viejo fonógrafo”
Por eso, cuando estalla en España la Guerra
Civil, Gervasio con apenas 17 años decide incorporarse a la Marina
junto a sus mejores amigos para combatir al lado de los insurrectos. Enrolado en
el buque de guerra Canarias, donde se le asignará el numero 377 A, será testigo
de cómo la trágica realidad supera sus ingenuos esquemas y sueños de heroicidad
y todas sus férreas creencias se tambalearan ante la
evidencia .El no es un héroe.
"Era miedo,Peter;mi padre tenía razón"
Este libro, tal vez uno de los menos
conocidos del autor , es una perfecta parábola que encierra una seria y profunda
reflexión sobre la influencia que en un niño puede tener una educación heredada y sin objetividad y el sinsentido de las guerras ,sean
fruto de la ideología que sean.
Como siempre ,genial Delibes
377 A, MADERA DE HÉROE-(MIGUEL DELIBES)
Para retos:
Reto Miguel Delibes 2013
25 españoles