domingo, 21 de septiembre de 2025

EL PÁJARO INVISIBLE NO TIENE SOMBRA

 

Cosas que escribo me ha parecido una etiqueta adecuada para estas entradas. Al pensar en ello, recordé una frase de la escritora mexicana Josefina Vicens:

"Todo esto y todo lo que iré escribiendo es solo para decir nada y el resultado será, en último caso, muchas páginas llenas y un libro vacío."

Escribir, en mi caso, es un ejercicio de introspección: mirarme hacia dentro y dejar salir lo poco o mucho que la imaginación quiera ofrecer. Y aunque lo que surge pueda parecer una criatura extraña —no muy bella, a veces defectuosa—, sigue siendo mía. La presento con el orgullo de quien crea algo único, aun sabiendo que no es perfecto.

Lo que pretendí —y quizá logré— fue contar, a través de una narradora íntima y confesional, la historia de una familia marcada por la pobreza, la ausencia, los silencios y las tragedias que se encadenan generación tras generación. Un relato que abre las compuertas de la memoria y confronta lo justo e injusto de la vida: la muerte, la violencia, los secretos y las heridas que nunca cicatrizan.

No busqué narrar grandes acontecimientos externos, sino emociones internas. Quise entrelazar una historia íntima con temas universales: la soledad, la culpa, el amor, el miedo al abandono y la dificultad de discernir entre el bien y el mal en un mundo áspero.

En definitiva, esta es una novela que no busca consolar, sino inquietar y remover, al adentrarse en lo más oscuro del corazón humano.



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