Lo que hacia Titivillus
cuando escuchaba o veía un error era meterlo en su bolsa y cuando estaba llena bajaba al
infierno donde cada pecado era registrado en un libro con el nombre del monje
que lo había cometido esperando ser leído el Día del Juicio Final. Con la aparición
de la imprenta este diablillo no solo no dejó de hacer de las suyas sino que debió
ver multiplicado su trabajo al multiplicarse también los textos escritos y por
lo tanto los errores que se cometían. Hoy en día con tantos libros, blogs, publicaciones, sms, foros etc debe de andar muy ajetreado.
A lo largo del tiempo, las erratas han
indignado y fascinado por igual a lectores,
editores y escritores.Flaubert las llamó “piojos de las palabras” y Luis
Cernuda decía que eran “las caries de los renglones”, también se habla del
duende de la errata, un ser que se agazapa entre las líneas y aparece cuando la
letra ya está impresa.
He aquí algunos ejemplos
de la eficacia de Titivillus:
Por omisión en un bando
municipal…
“Todas las personas que, a
partir del próximo día 20,circulen por este término municipal sin llevar en el
collar la chapa que acredite que han sido vacunados contra la rabia, serán
considerados como vagabundos, recogidos por los agentes pendientes de mi
autoridad y serán sacrificados”
…que los leoneses leyeron
aterrorizados
Un crítico literario…
“A la condesa X, cuyo
exquisito busto (gusto) conocemos bien todos sus amigos”
…que se pasó de adulador
Y otro pelotillero…
Un periodista que escribió
una loa a la hija de su jefe:
“Basta escribir su nombre,
Mercedes, para que se sienta orgullosa la tonta (tinta)”
…que le salió el tiro por
la culata.
En la poesía…
“Y Mariuca se duerme,
y yo me voy de putillas (puntillas)”
…poco poético suena esto.
…y esto menos…
“Yo siento un fuego atrás
(atroz)
que me devora”
En los clásicos…
En Arroz y tartana de
Blasco Ibáñez.
“Aquella mañana, Doña
Manuela se levanto con el coño (ceño) fruncido”
…sin comentarios.
En los libros sagrados…
“En la llamada “Biblia del
pecado “de 1916 Jesús dijo: Vete y peca más”
…de esta Titivillus se
siente especialmente orgulloso.
En los títulos:
De“La dama de las camelias”
a “La dama de las camellas” o
“La expulsión de los
moriscos” a “La expulsión de los mariscos”
En la prensa diaria…
“El cadáver presentaba heridas,
al parecer mortales”
“Martín Antequera, que en su presentación en
Las Ventas acabó teniendo que matar a seis toreros que fueron cogidos dos veces
y en situaciones de riesgo”
“Otras dotaciones intervinieron una navaja de
once centímetros que merodeaba por el polígono industrial”
O anuncios por palabras…
“Se venden siete novicias asturianas de Los Valles”
“Se venden siete novicias asturianas de Los Valles”
Poco más puedo añadir, solo que si en este blog se
cometen errores , faltas de ortografía, de omisión o puntuación
esta que escribe no se hace responsable pues Titivillus todavía anda suelto.
Juas, juas, así que es el tal Tiivillus el culpable de tantas erratas. Lo desconocía por completo y me he reído un montón con esta entrada. Besos.
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