lunes, 21 de marzo de 2011

TOCAR LOS LIBROS


Hay quien dice que las bibliotecas definen a sus dueños, y estoy seguro de que es cierto.”El hogar es donde tienes los libros”, escribió Richard F.Burton,escritor,militar,explorador,diplomático,agente secreto y viajero infatigable a quien, por cierto, no debió resultarle fácil ubicar sus estanterías.Marguerite Yourcenar dijo en una ocasión que reconstruir la biblioteca de una persona es una de las formas más idóneas de informarnos de cómo es. Por supuesto que los libros hablan de nuestras pasiones e intereses. Los libros delimitan nuestro mundo, señalan las fronteras difusas, intangibles, del territorio que habitamos.
Hablan no solo de los lectores que somos y de lo que fuimos en su momento, sino que hablan de los lectores que quisimos ser, y en los que finalmente no nos convertimos.
Se compran libros de manera caprichosa, contradictoria, dispar.Hay temas que provocan vivo interés en determinadas épocas de nuestra vida, y que se abandonan después, igual que se abandonan las certezas. Como en los estratos geológicos de un yacimiento arqueológico, los libros permiten ir desenterrando los restos de todos los naufragios.
Cuantas veces, de visita en una casa, nos hemos encontrado en las estanterías un libro conocido que nos ha servido para cruzar una mirada cómplice con su propietario: qué bien Monterroso ¿verdad? Qué buenisima Highmith; o cuanto me reí con Sergi Pámies.Compartir lecturas hermana como hermanan los gusto culinarios, ser de Numancia o veranear en el mismo lugar de la costa.

TOCAR LOS LIBROS-JESUS MARCHAMALO

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