MALAS CRITICAS

Yo no soy experta en literatura. Solo una persona que lee;que lleva muchos años leyendo. Ni el hecho de que por mis manos hayan pasado muchos y variados libros, ni la circunstancia fortuita de haber abierto un blog en el que escribo mis impresiones, buenas o malas, sobre lo que leo, me han convertido por arte de magia en critica literaria. Además soy totalmente consciente de mis limitaciones a la hora de escribir, de exponer, lo más ordenada y  correctamente posible, las sensaciones y experiencias que me ha transmitido un libro y de lo parcial que pueden resultar mis  opiniones.

Pero, como lectora veterana, si hay algo en lo que me considero ejercitada es en saber si un libro cumple las expectativas que espero de él con solo leer las primeras páginas. Parecerá una afirmación pedante, pero no lo es en absoluto. Y es que, tras muchas horas de lectura, he descubierto mi gusto  por lo sencillo, que no lo simple; por lo sorprendente, que no lo extravagante; por lo  ingenioso, que no hilarante; por las palabras precisas y preciosas , no  pomposas y por lo que instruye  sin disertar; en fin, por lo que yo llamo buena literatura (porque cuando un libro me gusta, para mí es buena literatura) sea del país, del autor o de la editorial que sea.

Esta divagación mía, viene al hilo de las reseñas que escribo en  este blog y que no siempre son positivas.

Llevo varios días dándole vueltas a este asunto ¿Debo escribir reseñas de los libros que no me han gustado? ¿Seré injusta con el autor si expongo mi opinión sincera pero negativa? ¿Estas críticas influyen en los demás lectores?

Y estas han sido mis conclusiones:

Mis reseñas no son críticas literarias, solo son juicios  personales escritos para  un espacio propio.

Intento, siempre desde el respeto y la admiración  hacia el trabajo del escritor, establecer un equilibrio entre la información sobre  el libro en sí y la valoración que yo, como lectora, hago del mismo. No siempre lo consigo, pero mi intención es buena.

Los  escritores y sus obras están expuestos a sus lectores y no  pueden pretender que estas gusten a todo el mundo; una opinión negativa  resultará constructiva si se escribe desde la honestidad .

Los buenos lectores tienen criterios propios sobre sus gustos literarios y cuando leen una reseña saben diferenciar si ese libro en cuestión será de su agrado. Creo que nadie se deja influir únicamente  por la sinopsis  que de un libro hace su propia editorial con fines  publicitarios ni del dictamen de  otros comentaristas ,sean profesionales o no, y toma en cuenta sus gustos personales como punto de referencia antes de comprar o leer.

Y para terminar una frase de Cecilia Böhl de Faber que resume a la perfección mis impresiones sobre este asunto

“Mis críticas son ligeras y sin hiel, porque no la hay en mi corazón, y la detesto en literatura”.