martes, 16 de marzo de 2010

LO QUE HE LEIDO ULTIMAMENTE


LOS REBELDES (SANDOR MARAI)
Apenas unos meses antes del final de la Primera Guerra Mundial, cuatro jóvenes acaban sus estudios y se enfrentan al último verano de la adolescencia. En cuestión de semanas serán llamados a filas y enviados al frente, un frente del cual sólo llegan noticias nefastas. Así, unidos por su aversión a lo que promete ofrecerles la madurez, crean un universo particular y juegan a desafiar todas las reglas: beben y fuman en exceso, juegan a las cartas, se inventan extravagantes historias, cometen pequeños hurtos... Ante la ausencia de padres, tíos y hermanos mayores, realizan su propio aprendizaje de la vida libres del control familiar, hasta que la aparición de un improvisado mentor, un avieso actor que está de paso en la ciudad, hará que sus juegos, y sus vidas, se precipiten por caminos insospechados que los llevarán hacia un dramático desenlace.Márai va entregando información al lector poco a poco, como si fuera soltando hilo a una cometa que finalmente se levanta y alza el vuelo, dando razón de ser a su forma y elementos que la componen.

DIENTES DE LECHE(Ignacio Martínez de Pisón)
En esta obra Martinez Pisón proyecta su mirada sobre la época más conflictiva de la reciente historia española. La generación de quienes hicieron la guerra, como el fascista italiano que llega a España y se casa con una española; sus hijos, la generación de posguerra que creció en el franquismo; y finalmente sus nietos, que constituyen ya una generación que vive en democracia.Se ha construido con todos ellos un microcosmos doméstico, una crónica familiar que transcurre bajo una mirada que se fija en los detalles y elabora con ellos las claves de la historia.
En Dientes de leche hay dos tipos de personajes: los que necesitan recuperar el pasado a través de la memoria personal o colectiva y los que lo entierran en el olvido.Por eso es una novela sobre la memoria y el olvido como dos maneras de afrontar el pasado para sobrevivir.

LAPIDARIUM IV, (Ryszard Kapuscinski)
Los espejismos de la globalización, el peso de la televisión en la cultura de masas, el desorden mundial tras la extinción de la Unión Soviética, la omnipotencia del dinero y los demonios del nacionalismo son sólo algunos de los asuntos acerca de los que Kapuscinski medita como periodista sabueso, ensayista lúcido y, sobre todo, buen hombre. Siguiendo la consigna de Terencio, a él tampoco le es ajeno nada de lo que sea humano, por eso su interés primordial hacia las personas sencillas y los pequeños detalles de la vida cotidiana. En Lapidarium IV queda claro que, a través de su contacto personal con gente de distintas latitudes, Kapuscinski ha buscado las verdades periodística que en su momento le exigía su misión como corresponsal de diarios, revistas y agencias de noticias y que después aprovechó para escribir cada uno de sus libros.También da consejos,expresa como le gustaría que fuera el mundo.Lo hace con respeto,con los matices de un hombre viajado que ama la lectura.
Un libro que se cierra con una esperanzadora cita de Friedrich Hebbel: “En este mundo está enterrado Dios, que quiere resucitar”

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