martes, 16 de junio de 2009

LA DESMESURA DEL PODER


“Por lo general, las causas de una revolución se buscan entre condiciones objetivas: en la miseria generalizada, en la opresión, en abusos escandalosos.Pero este enfoque de la cuestión, aunque acertado, es parcial, pues condiciones parecidas se dan en decenas de países y, sin embargo, las revoluciones estallan en contadas ocasiones. Es necesaria la toma de conciencia de la miseria y opresión, el convencimiento de que ni la una y la otra forman parte del orden natural del mundo. No deja de ser curioso que sólo el experimentarlas, por más doloroso que ello resulte, no es, en absoluto,suficiente.Es imprescindible la palabra catalizadora, el pensamiento esclarecedor. Por eso los tiranos, más que al petardo o la puñal, temen aquello que se escapa de su control: las palabras.Palabras que circulan libremente, palabras clandestinas, rebeldes, palabras que no van vestidas de uniforme de gala, desprovistas del sello oficial. Pero ocurre también que precisamente las palabras oficiales, con su uniforme y su sello, provocan una revolución.”

“El poder es quien provoca la revolución. Desde luego no lo hace conscientemente.Y,sin embargo; su estilo de vida y su manera de gobernar acaban convirtiéndose en una provocación. Esto sucede cuando entre la élite, se consolida la sensación de impunidad. Todo nos está permitido, lo podemos todo. Esto es ilusorio, pero no carece de un fundamento racional .Porque,efectivamente,durante algún tiempo parece que lo pueda todo.Un escándalo tras otro, una injusticia tras otra quedan impunes. El pueblo permanece en silencio, se muestra paciente y cauteloso. Tiene miedo, todavía no siente su fuerza. Pero ,al mismo tiempo, contabiliza minuciosamente los abusos cometidos contra él, y en un momento determinado hace la suma. La elección de ese momento es el mayor misterio de la historia ¿Por qué se ha producido en ese día y no en otro?¿Por qué lo adelantó este y no otro acontecimiento? Si ayer, tan solo, el poder se permitía los mayores excesos y, sin embargo, nadie ha reaccionado ¿Qué he hecho, se pregunta el soberano sorprendido, para que de repente se hayan puesto así? Y he aquí lo que ha hecho: ha abusado de la paciencia del pueblo.”

El Sha o la desmesura del poder (R.Kapuscinski)

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