Un día, no sé cuánto tiempo llevaba en una librería mirando aquí y allá, cuando se me
acercó el librero y me dijo:
-¿Has encontrado ya el tesoro…?
Lo dijo con un poco de guasa y supuse que el hombre
llevaba un buen rato observándome en
silencio mientras ensimismada rebuscaba ,tocaba
,ojeaba y husmeaba entre los libros ;estaba tan abstraída que no me había dado
cuenta que estábamos solos en la tienda y además era hora de cerrar.
Llevaba dos libros en la mano .Uno de mi admirado Álvaro Cunqueiro,
una primera edición de 1975 de “Tertulia de boticas prodigiosas y escuela de
curanderos” en castellano, y un ejemplar de “Misericordia” de D. Benito Pérez
Galdós con un prefacio del autor escrito especialmente para esta edición de 1913.
Salí contenta aquel día con mi fortuna bajo el brazo,
pero no puede evitar fantasear con los que quedaron allí encerrados, esperando esa segunda
oportunidad de ser leídos de nuevo por lectores curiosos y capaces de creer que ,todavía, existen tesoros escondidos.
“ De la misma forma que nadie puede obligarnos a enamorarnos, nadie puede obligarnos a amar a un libro. Son cosas que ocurren por razones misteriosas, pero de lo que sí estoy convencido es que a cada uno de nosotros hay un libro que nos espera. .En algún lugar de la biblioteca hay una página que ha sido escrita para nosotros”
“ De la misma forma que nadie puede obligarnos a enamorarnos, nadie puede obligarnos a amar a un libro. Son cosas que ocurren por razones misteriosas, pero de lo que sí estoy convencido es que a cada uno de nosotros hay un libro que nos espera. .En algún lugar de la biblioteca hay una página que ha sido escrita para nosotros”
Recientemente he encontrado una librería de viejo que tiene los libros que no consigo encontrar en otra parte. E ir allí es una experiencia maravillosa. Uno de los que he conseguido es un verdadero tesoro. ¡Bonita entrada!
ResponderEliminarMe encanta también perderme en esas librerías. Sin prisas, mirando, oliendo, tocando...
ResponderEliminarMuchas veces no sabemos ni siquiera cuál será el tesoro.
Besos
Me encanta perderme por estas librerías también y buscar, rebuscar... Y es que hay verdaderos tesoros en estos sitios esperando que llegue quien los descubra.
ResponderEliminarBesotes!!!
A mí también me encanta rebuscar entre los libros antiguos. Puedes encontrar títulos maravillosos
ResponderEliminarEsas bibliotecas son auténticos templos de sabiduría Manuela. Besos
ResponderEliminarA mi tambien me gusta llegar a la libreria recorrer todas las estanterias y mirar hasta los libros de cocina, un beso.
ResponderEliminarEs increíble las sensaciones que nos despierta el tacto de esos lomos y portadas usadas jeje.
ResponderEliminarBesos
Me encantaría ir a una librería así y como me gustaría trabajar en ella. Debe ser maravilloso.
ResponderEliminarBss.