GAMBERRADAS

Los escritores, esos artistas de las palabras, además de sus obras nos han dejado anécdotas curiosas, divertidas y, a veces, un poco gamberras. Traigo aquí algunas de  ilustres escritores con  mucho  genio y  humor.

-Tal vez una de las más conocidas sea la de  Quevedo, gran jugador, que apostó el pago de una cena con sus amigos a que tendría el valor de decirle a la cara   a la mismísima reina de España, doña Isabel de Borbón, que era coja.Así se presentó ante ella con un ramo de claveles en una mano y de rosas en la otra y respetuosamente le  dijo

- Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja.

 -Todos conocemos la relación amorosa  entre Emilia Pardo Bazán y Benito Pérez Galdós, pero también la enemistad que llegaron a profesarse ambos.

En una ocasión, siendo ya mayores, se encontraron en unas escaleras .El subía jadeante mientras ella bajaba. Cuando se cruzaron  ,ella le espetó:

-Adiós ,viejo chocho

Y él replico

-Adiós,chocho viejo

-Cuentan que Lorca oyendo recitar el verso de Rubén Darío:”…que púberes canéforas te ofrenden el acanto”, el poeta granadino se levantó y dijo:…

-¡A ver, otra vez, por favor, que yo solo he entendido el “que”!.

-Pio Baroja  además de ser un gran gran escritor  regentaba la panadería que  su tía Juana tenía en Madrid. Refiriéndose a él , Rubén Darío, poeta nicaragüense, dijo:

-Es un escritor con mucha miga, se nota que es panadero

Cuando lo supo Baroja respondió molesto

-Es un escritor con mucha pluma, se nota que es indio

-Cuando el rey Alfonso XIII le otorgó a Miguel de Unamuno la Gran Cruz de Alfonso X Sabio, el escritor comentó:

-Me honra, Majestad, recibir esta cruz que tanto merezco

El monarca le contestó:

-¡Qué curioso! En general, la mayoría de los galardonados aseguran que no se la merecen

A lo que el escritor replicó al Rey:

-Señor, en el caso de los otros, efectivamente no se la merecían

-El escritor y poeta madrileño Narciso Serra paseaba en cierta ocasión con un amigo cuando le preguntó:

-¿Cuántos cornudos te parece que viven en esta calle sin contarte a ti?»

El acompañante indignado contestó:

- ¡Cómo sin contarme a mí! Esto es un insulto…»

A lo que el dramaturgo reformuló la pregunta:

-Bueno, no te enfades. Vamos, contándote a ti, ¿cuántos te parece que hay?.

-Durante una de sus habituales tertulias literarias, Jacinto Benavente decía grandes elogios de Ramón María del Valle-Inclán, del que decía que era uno de los más valiosos escritores que tenía España.

-Pues - le interrumpe uno de los contertulios –don Ramón no opina lo mismo de usted

Benavente replicó inmediatamente con su característica agudeza verbal:

-A lo mejor estamos equivocados los dos

-Pero el más gamberro de todos es sin duda D.Camilo José Cela, que con su elocuencia  ácida y mordaz nos dejó no pocas anécdotas.

La más llamativa fue la que protagonizó siendo senador, cuando en plena sesión parlamentaria el señor  presidente le reprendió.
-Sr. Cela, está usted dormido.

A lo que el aludido respondió rápidamente:
-No, señor, no estoy dormido; sólo estoy durmiendo.
-¿Acaso no es lo mismo? –le respondió el Presidente.
-¡Claro que no es lo mismo!, porque no es igual estar dormido que estar durmiendo, como tampoco es lo mismo estar jodido que estar jodiendo.

En una reunión de la alta sociedad a la que asistía Cela,se sentó  junto a una encopetada señora ;no se sabe a ciencia cierta si  ocurrió por descuido o por aburrimiento,el caso es que  el escritor soltó un sonoro pedo que dejo a la mujer espantada y en silencio ,lo que aprovecho Cela para susurrarle en tono de complicidad:
- No se preocupe, señora. Diremos que he sido yo.