El libro es fuerza, es valor, es fuerza, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial del amor.
( Rubén Darío-Poeta y escritor nicaragüense)
"La letra calla sobre el papel mientras los humanos ojos no llegan con su luz a ella"-(Álvaro Cunqueiro)
El libro es fuerza, es valor, es fuerza, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial del amor.
( Rubén Darío-Poeta y escritor nicaragüense)
«Lean mucho.
Lean todo.
Lean lo que dicen las miradas.
Lean los gestos.
Lean lo que se dice sin palabras.
Lean las historias.
Lean lágrimas en pañuelos.
Lean libros. Nuevos. Viejos. Prestados.
Leer educa, salva, abre»
Anónimo
«Un libro es la
prueba de que los seres humanos son capaces de hacer magia»
Carl Sagan
«Soy una persona anticuada que cree que leer libros es el pasatiempo
más hermoso que la humanidad ha creado».
Wislawa Szymborska
quieren ser naciones
yo busco la tierra de nadie
un lugar sin nombre
que nadie reclame
un lugar de paso
transitorio como la vida misma
sin patria
sin banderas
sin fronteras
sin lengua identitaria
mas que la lengua de la poesía.
Territorio de los sueños
donde todo está por empezar
donde todo está por explorar
(Cristina Peri Rossi-Poetisa uruguaya)
Imagen : A. A. B. Moises Mamani Garcia
La lectura es el orden de la oscuridad de la noche ,incluso cuando se lee a pleno día en el exterior, la noche se instala alrededor del libro
(Marguerite Duras-Novelista francesa)
RELATO
INCOMPLETO
Un relato me pide Valentina para
su revista. Yo le digo que no es tan fácil, que a mí me cuesta mucho
escribir. Y aquí me veo rebuscando entre papeles y más papeles cosas ya
escritas, pero solo encuentro relatos huérfanos, poemas de amor eterno y
cuentos sin final. Entre todos sobresale una hoja cuadriculada, de cuaderno
escolar, solo tiene escritas unas pocas frases. Miro fascinada ese rio de
tinta morada que pretende ser lineal pero solo son los garabatos que un día
fue mi escritura. Es un breve poema, sin rima. Leo consternada esas pocas
palabras, son profundamente tristes y hablan de soledad. ¿Qué edad tendría cuando
lo escribí? ¿Sería aún una niña o ya había llegado a la pubertad? No sabría
precisar, no ubico en mis recuerdos ese momento tan trágico, tan desolado y
cruel. Tal vez sea un poema de amor. Hubo un tiempo en el que escribía muchos
(siempre he sido muy enamoradiza). Eso explicaría tanta desdicha. Sin
embargo, yo me recuerdo como una niña alegre y despreocupada, incluso para
los temas del corazón. De repente siento que me embarga un gran desconsuelo,
que empatizo con esa niña triste que vuelve del pasado, con su caligrafía
infantil y morada, para amargarme el día. Cierro la carpeta y llamo a
Valentina, le digo que no puedo escribir nada para su revista, le doy una
rápida excusa y al colgar dejo que las lágrimas corran por mis mejillas. Un
mal día lo tiene cualquiera. ESCRITOR TRASNOCHADO
EN BUSCA DE SU LIBRO: Tiempo habrá de cambiar el final
de esta historia, si a alguien no le gusta. Pues la historia no ha sido
escrita si no soñada y como todos los sueños es algo volátil y no alcanza el
sueño para llegar al final, aunque el que sueña aún no ha despertado. No es
una historia acabada, pero tampoco se puede decir que tenga principio, él que
la lea así sin pies ni cabeza, puede empezar a leerla por donde quiera,
volver atrás o avanzar entre sus páginas o tal vez desee dejarla por
imposible, cerrada entre sus duras tapas, olvidada por toda la eternidad que
coja polvo y olvido porque al fin y al cabo no son sino palabras. Garabatos
que son letras que se unen para formar otros garabatos que son palabras que a
su vez forman frases en fin que nos son más que signos. Así que ya habrá
tiempo de encontrarle un final o un principio A mí me hubiese gustado saber
escribir como leo, llano y corrido, sin darle tiempo a la respiración. Fluido
torrencial de palabras que vienen sin más, sin pensar y solo tienes que
agarrarlas, componerlas como por arte de magia. Un trasvase de la cabeza a la
hoja. Pero…no es tan fácil. Las frases me llegan así sin más,
bellas pero incompletas, huérfanas de sus hermanas para que hagan un todo, y
me levanto de la cama y las anoto en una libreta, pensando que tal vez un día
todas juntas llenarían un libro, como un puzle. Yo no sabía que las frases
que escribía eran frases que antes había leído en alguna parte, que se habían
quedado escondidas dentro de mi cabeza y yo las anotaba
igualmente como mías como recién salidas del horno de mi cerebro .Por eso
tengo a mano siempre una libreta, por que podían salirse así ,sin más ,en
cualquier sitio: en el trabajo, en el trayecto del autobús, sorbiendo la sopa
en mi solitaria cocina o en el duermevela de
todas las noches, Por eso tengo libretas por todas partes, en los bolsillos o
la mesita al lado de la cama, por si me asaltan las frases
furtivas .Porque dicen es que en ese momento entre el
sueño y la vigilia cuando llega la musa y te susurra al oído y si
no estás alerta y te dejas arrastrar por la pereza del calor de las sabanas y
te das la vuelta ,entonces deja de susurrarte enfadada y a por la mañana no
recuerdas nada y todo lo tienes ahí, en la punta de la
conciencia, pero ya no logras agarrarla. Eso es lo peor que le
puede pasar a un escritor que no sepa reconocer a su musa cuando llega o que
le pille con sueño atrasado de tantas noches esperándola. LECTORA DESPISTADA -Cuando comienzo, no veo el
momento de parar. Se me va el santo al cielo. –Ya veo. –Comencé cuando tenía
unos diez años. –Qué joven! –No tanto…El primero fue “De la tierra a la
luna”. –Muy largo ¿no? –Puede; pero pasó el tiempo sin darme cuenta. –Y ahora
¿Cuántos llevas? –No sé, no los conté, puede que mil. –Y ¿no te cansas?
-Nunca. –Yo no tengo tiempo. –Para mí no hay mayor placer. –Alguno habrá que
no te haya gustado. -Sí, unos cuantos. -Y de esos ¿Qué piensas? -Que no
estaban hechos para mí. –O no tuviste paciencia con ellos. –Tiene razón, lo
intentaré de nuevo. –A ese de ahí, lo han devuelto varias veces, se ve que no
gusta, -Pues me lo llevo y ya le contaré. -Vuelve cuando quieras…-Gracias y
adiós. -…pero antes págame el libro. -Oh! Perdone usted. –Ya, ya…el santo… |
UN OBSESIONADO DE
LAS LETRAS Bonitas palabras. Son bonitas las
palabras. Mi obsesión son las palabras, todas y cada una de ellas. Y es un
mundo inabarcable pero no me importa yo tengo mucho tiempo, todo el tiempo
del mundo, porque no tengo nada mejor que hacer que leer los rótulos de las
tiendas, las etiquetas del supermercado, los prospectos de las medicinas.
Todas y cada una de ellas son bellas, útiles y sé que están hechas para ser
amadas. Tengo un trabajo que me gusta, una apariencia que no enamora y una
soledad que sí he deseado. Pero nada me importa porque todo eso, no es más
que un armazón, una coraza o esqueleto que me permita leer palabras, ver
palabras, escuchar palabras, escribir palabras. Mi trabajo es escribir. Rotulo los
precios con bellas letras góticas, en las estanterías almaceno las cajas por
orden alfabético. Y cuando salgo, voy a la biblioteca. Allí paso varias
tardes a la semana. No tomo ningún libro prestado tan solo paso el dedo por
los lomos de todos los libros, por todas y cada una de las estanterías desde
la A la Z, para ver que todo está en su lugar, y sé cuántos libros se han
llevado, pues conozco todos y cada uno de ellos. Sí, mi obsesión o mi amor son las
palabras. Porque hay palabras raras como cornucopia o presbicia ; duras, crueles
y bruscas como maltrato o desdén y otras dulces y bellas como alameda o ámbar
o cálido. Pero no existen palabras feas, solo existen palabras divertidas,
tristes, bondadosas, generosas, sanas, vacías, melancólicas, sucias,
derechas, mimosas... |
¡Esos ojos!
Si no los hubiese visto podría dormir. Podría descansar de ese desasosiego.
Pero los miré y ya nada volvió a ser como antes. La esquina de una calle, un
cruce de ojos, un paso en una dirección y no en otra me llevo a aquel lugar a
aquella hora. Me llevo a mundo ajenos, galaxias completas, a recuerdos de vidas
pasadas.
Ahora ese
paso lo doy sabiendo que los buscaré de todas formas posibles, detrás de cada
cristal, de cada balcón, de cada portal y, cuando los vuelva a ver, caminaré
tras ellos. Y sé que nada volverá a ser como antes.
El hábito de leer no nos hace necesariamente mejores personas, pero nos enseña a observar con el ojo de la mente la amplitud del mundo y la enorme variedad de situaciones y seres que lo pueblan. Nuestras ideas se vuelven más ágiles y nuestra imaginación, más iluminadora.
Irene Vallejo-Escritora y filóloga española
En un mundo caótico, adquirir libros es un acto de equilibrio al filo del abismo
Irene Vallejo-Escritora y filóloga española
Ojalá podamos tener el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar juntos, porque de nada sirve un diente fuera de la boca, ni un dedo fuera de la mano.
Ojalá podamos ser desobedientes, cada vez que recibimos órdenes que humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido común.
Ojalá podamos merecer que nos llamen locos, como han sido llamadas locas las Madres de Plaza de Mayo, por cometer la locura de negarnos a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.
Ojalá podamos ser tan porfiados para seguir
creyendo, contra toda evidencia, que la condición humana vale la pena, porque hemos sido mal hechos, pero no estamos terminados.
Ojalá podamos ser capaces de seguir caminando los caminos del viento, a pesar de las caídas y las traiciones y las derrotas, porque la historia continúa, más allá de nosotros, y cuando ella dice adiós, está diciendo: hasta luego.
Ojalá podamos mantener viva la certeza de que es posible ser compatriota y contemporáneo de todo aquel que viva animado por la voluntad de justicia y la voluntad de belleza, nazca donde nazca y viva cuando viva, porque no tienen fronteras los mapas del alma ni del tiempo.
(Eduardo Galeano – Palabras de agradecimiento al recibir el Premio Stig Dagerman.)
Grabad esto en vuestro corazón; cada día comienza en nosotros un año nuevo, una nueva vida.
(Ralph Waldo Emerson-Escritor y filosofo estadounidense)