Tanto las cosas pequeñas como las grandes dan ,a la vida, la razón para de vivirla.
Es como una gota o una marea, que siendo la misma cosa, son
tan distintas, pero las dos, en su justa medida, necesarias.
Todas la cosas pequeñas son llamada a ser grandes en algún momento
de la vida, unidas a otras iguales para hacer un todo, una magnitud.
Y todas las cosas grandes han de volver a ser un día
pequeñas y recordar sus orígenes , su diminuta y primigenia esencia, su insignificancia
y aprender que solo en su comunión con
otros serán, sin dejar de ser uno mismo, parte de un todo.
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