martes, 1 de noviembre de 2022

LA BICICLETA DE TOLSTÓI


León Tolstói, el gran escritor ruso que, además de su labor literaria, cultivó su vida  con un sentido constante de búsqueda, interrogación y curiosidad, además de vegetariano, realizaba un repaso de sus hábitos para decantarse, únicamente, por aquellos que pudieran proveer de bienestar a su cotidianeidad y tuvo el aprendizaje como una constante en su vida.

Tan solo un mes después de fallecer el último de sus hijos, con tan solo 7 años, le llegó un obsequio de la “Sociedad Moscovita de Amantes del Velocípedo” y, como no podía ser de otra manera, el regalo fue una bicicleta que venía acompañada de algunas sesiones de enseñanza para aprender a montarla.

“Para asombro de los campesinos de su finca, el conde León Tolstói monta ahora la rueda”, decía un artículo de 1866 de la revista Scientific American.

Tolstói tenía 67 años.

Nos ha llegado hasta hoy el concepto “La bicicleta de Tolstói” para recordarnos que  aprender y experimentar  no se limita tan solo a la infancia y juventud de las personas. Que nuestro cerebro está diseñado para instruirse durante toda la vida y que no hay excusas para no intentar todo aquello que siempre quisimos aprender y que dejamos pasar porque pensamos que” somos muy mayores “sin darnos cuenta que eso nos priva de la maravillosa aventura de vivir.

Yo, por mi parte, me he apuntado a un curso de dibujo y pintura que es algo que he deseado aprender desde pequeña. Manchándome las manos con temperas, dejando volar la imaginación, combinando los colores (a mi más que dudoso gusto cromático) y apartando, de los quehaceres diarios, unas pocas horas a la semana para hacer lo que me gusta he vuelvo a conectar con mi niña interior. Es divertido y gratificante…



1 comentario:

  1. Sin darnos cuenta que eso nos priva de la maravillosa aventura de vivir... Qué reflexión más certera!
    Besotes!!!

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